Mireia tiene 31 años y viajó en la misión a Etiopía en junio del 2017. Era su primera experiencia como enfermera voluntaria en el extranjero. Hay que tener en cuenta que realizar tu primera misión en África siempre se convierte en una aventura.
En Adama pudo trabajar codo con codo con el equipo médico de la Fundación, y llevar a cabo tareas esenciales para la labor que llevamos a cabo en el Hospital Addis Abeba, como establecer lazos con el equipo de enfermería local y compartir con ellos nuestro know-how y metodología, realizar a cabo talleres prácticos de desinfección y lavado de manos, mejorar la confección de una caja de instrumental para hacerla más eficiente o montar una mesa quirúrgica priorizando la seguridad del equipo y del paciente.
Mireia regresó encantada tras la misión y con muchas experiencias que le hicieron reflexionar y ver las cosas desde otra perspectiva. Es por ello que ya está pensando en volver a otra misión.