El pasado 11 de noviembre el equipo médico del Instituto Clavel intervino a Ratiba, una mujer de 46 años de edad de Tiemcen, Argelia, de un tumor cerebral diagnosticado en marzo de este mismo año.
Esta cirugía ha podido ser llevada a cabo gracias a la colaboración de Caritas, la Fundación Doctor Clavel, el Instituto Clavel y el Hospital Quironsalud de Barcelona, y es por ello que hoy Ratiba puede contar su historia.
Fue un duro golpe para Ratiba, su marido y sus cinco hijos, saber que padecía un tumor cerebral que no podía ser operado en Argelia. Su médico le recomendó buscar algún centro en el extranjero que pudiera realizar la cirugía lo antes posible. El coste de la operación ascendía a un precio que la familia de Ratiba no se podía permitir de ningún modo. Estaban devastados.
El familiar de un conocido de Ratiba se interesó por su caso e inició una búsqueda más exhaustiva de organizaciones caritativas con la esperanza de encontrar alguna subvención que pudiera ayudar a costear la cirugía en España o Francia. Tras varios contactos poco fructíferos, Caritas se ofreció a intermediar, poniéndose en contacto con la Fundación Doctor Clavel, que, sin dudarlo un momento, examinó de cerca el caso de Ratiba para sopesar sus opciones.
En un gesto tan solidario como generoso, el Doctor neurocirujano Pablo Clavel, presidente de la Fundación Doctor Clavel y director del Instituto Clavel accedió a intervenir a Ratiba para extirpar su tumor y devolverle la esperanza tanto a ella como a su marido e hijos. Además, el centro hospitalario QuironSalud de Barcelona propuso una reducción drástica de los costes de hospitalización para facilitar aún más el proceso.
La Fundación Doctor Clavel junto a Caritas hemos trabajado desde entonces hasta el día de la intervención para asegurar las mejores condiciones posibles para Ratiba en Barcelona gestionando los visados en coordinación con Caritas para su traslado, buscando una estancia y suministrando traductores voluntarios de francés para permitir que se comunique en todo momento y se sienta bien acogida.
Son casos como el de Ratiba los que muestran como la buena integración de fundaciones y asociaciones humanitarias, junto a la voluntad solidaria de sus profesionales, pueden ayudar a mejorar el futuro de personas, familias y generar esperanza en quien, debido a unas condiciones precarias en sus países de origen, la han llegado a perder.
Ratiba ya está de vuelta en casa con su marido Mohamed y sus cinco hijos, el menor de los cuales tiene 5 años. La mejor recompensa para todos los que han intervenido en este proceso sin duda.