Los especialistas en columna sabemos que existen dos tipos de dolores, aquellos que son inflamatorios y aquellos que son mecánicos. El dolor inflamatorio característicamente puede mejorar con la actividad. Muchos pacientes con este dolor nos comentan que el dolor es peor por la mañana o tras llevar rato sentado o tumbado y que mejora con el ejercicio (“cuando calienta”) y vuelve a empeorar de nuevo tras el enfriamiento.
Por el contrario, los dolores mecánicos empeoran con el movimiento y mejoran con el reposo. Por ejemplo, serían aquellos asociados a una inestabilidad mecánica en nuestras espaldas o a una compresión nerviosa que se manifiesta en posiciones de carga como las que podemos tener cuando estamos de pie o caminamos.
En cualquiera de los dos casos, nuestros consejos son siempre mantener una actividad mínima que evite la atrofia de la musculatura, ligamentos y discos de nuestras espaldas.