Según un estudio publicado en la revista científica Arthritis Research and Therapy en el año 2015, la inactividad física está relacionada con un aumento significativo del dolor lumbar.
En este estudio de fueron entrevistas 72 personas y divididas en 3 grupos según su nivel de actividad en los 14 días previos a la encuesta: (a) activos, al menos alguna actividad deportiva de 20 minutos de duración entre 9 y 14 días, (b) los moderadamente activos, entre 1 y 8 días e (c) inactivos, ningún día.
Tras la encuesta, se tomaron resonancias magnéticas lumbares a todos ellos, midiendo datos de masa muscular, altura discal, etc. Los resultados fueron claramente diferentes en altura discal entre el grupo que no tenía actividad y los dos grupos que sí la tenían (en especial el grupo “activo”).
De la misma forma, la diferencia resultó estadísticamente significativa para la medición de grasa en la musculatura lumbar, en concreto en la musculatura del multifidus, lo que se traduciría en un cierto modo de atrofia muscular reflejado en la infiltración por grasa.
Finalmente, ninguno de los pacientes “activos” reportaron dolor intenso lumbar o invalidez contra el 21% de los “moderadamente activos” y el 46,7% de los “inactivos”.
La disminución de la altura discal y la atrofia muscular han sido relacionados en otros artículos como posibles causas de dolor lumbar. Y este artículo parece relacionar la falta de actividad con la aparición de estas alteraciones en nuestras columnas.
De la misma manera, existen algunas objeciones al diseño del estudio. El número bajo (72) de la población objeto de estudio y que las resonancias se realizaron en algunos casos años después de la encuesta.
Aún así parece importante y razonable mantener en estos días de confinamiento un mínimo de actividad física que evite la atrofia muscular y discal. Además de los ejercicios que puedan estar recibiendo estos días por los diferentes canales digitales, recomendamos en especial aquellos que activan nuestra musculatura cervical y lumbar.