Abebe llegó al hospital de Adama por su propio pie tras una semana de camino desde su hogar. Vive en un pueblo alejado, en el campo y carece de transporte propio o de medios para conseguir uno. Al recibirlo y preguntarle por su edad, no nos la supo decir con exactitud. Unos 60 años, aproximadamente. Llevaba un gran turbante cubriendo su cabeza y llegó con los pies descalzos. A pesar de su ropa vieja y roída y su aspecto cansado, Abebe esbozaba una sonrisa que desprendía ternura y amabilidad. Nos inspiró mucha confianza. Nos contó la razón por la que había andado hasta el hospital de Adama. Una disputa por temas de tierras con un vecino resultó en Abebe recibiendo una pedrada en la cabeza. Tras retirarle el turbante, pudimos observar una fractura abierta llena de pus y alguna que otra mosca alrededor. La falta de medios de cuidado y primeros auxilios básicos quedó patente al instante. El equipo de quirófano le intervino para realizar una limpieza exhaustiva, retirar los trozos de hueso desprendidos, una hemostasia cuidadosa y cerrar la herida. Le dejamos con antibioticoterapia y analgesia.
Tras un magnífico trabajo del equipo del Dr. Tewodros y el Dr. Clavel, Abebe se encontraba ya en mejor estado, con ligeras molestias, pero sin perder esa sonrisa con la que nos agradecía amablemente el trato recibido. La mejor recompensa.